El pasado miércoles 3 de julio, un inesperado suceso en Bulbuente reveló la instintiva conexión entre un hombre herido y su perro. La Guardia Civil, en una patrulla rutinaria en un camino rural, recibió la ayuda inesperada de un pequeño yorkshire que se interpuso en su camino, ladrando insistentemente y mostrando un comportamiento inusual, lo que alertó a los agentes sobre la situación crítica que estaba ocurriendo en la zona.

Los hechos comenzaron a desarrollarse en torno a las 2:45 de la madrugada, cuando los policías se encontraron con el inquieto can. Ante su persistente ladrido y su actitud agitada, decidieron detenerse para investigar. Con la atención del perro centrada en el margen del camino, los agentes se acercaron y comenzaron a escuchar unos débiles quejidos provenientes de la vegetación circundante.

Después de una inspección meticulosa en un terreno complicado de unos tres metros de desnivel, la Guardia Civil localizó a un hombre tendido en el suelo, visiblemente herido. Ante la gravedad de la situación, los agentes utilizaron una cuerda para descender por el talud, plagado de zarzas y maleza, con cuidado de no causar más daño.

El hombre, que se encontraba aturdido y desorientado, presentaba múltiples lesiones, incluyendo contusiones en las rodillas, codos y rostro, además de una herida abierta en la nariz y alrededor de la boca. Consciente pero en estado crítico, logró comunicar a los rescatistas que había caído mientras buscaba a su fiel compañero, el perro, y que había pasado varias horas en esa situación.

Inmediatamente, la Guardia Civil se puso en contacto con los servicios médicos y los Bomberos de Tarazona para facilitar el rescate. Mientras esperaban la llegada de los socorristas, los agentes luchaban por mantener al hombre consciente y tranquilo, limpiando a su vez la maleza para asegurar una evacuación más ágil.

Cuando los Bomberos finalmente llegaron, organizaron el rescate del herido, transportándolo cuidadosamente en camilla por el terreno escarpado. Posteriormente, fue trasladado en ambulancia al centro de salud de Borja y luego a un hospital en Zaragoza, donde recibió atención médica por las lesiones que sufría, dejando su pronóstico en un estado reservado.

Por último, en un acto conmovedor de responsabilidad y cuidado, la Guardia Civil se encargó de llevar al perro del herido hasta su hogar, asegurando que el animal estuviera a salvo mientras se atendía a su dueño en el hospital.