ZARAGOZA, 21 Jun. - La organización cultural OCRE ha demostrado que la cultura puede servir como herramienta para impulsar el desarrollo del medio rural y ayudar a mantener la población, según afirma Víctor Domínguez, su portavoz. Todo comenzó a raíz de las estrictas restricciones en la ciudad de Zaragoza, que obligaron a él y sus compañeros de profesión a frenar en seco su trabajo en el sector de la música durante la pandemia de la COVID-19. Domínguez, que reside en Mozota, decidió llevar su proyecto al entorno rural, donde descubrió la explanada que se convirtió en el Bosque Sonoro, un festival de música en directo que aglutina nombres de artistas de la talla de Natalia Lacunza, Los Planetas, Amaia o Kiko Veneno.

El Bosque Sonoro ha demostrado que se podía llevar a cabo un proyecto de música en directo sin poner en peligro la salud de sus asistentes, tras desarrollar en septiembre de 2020 el primer concierto, al que le siguieron otros tres, sin que hubiera ningún contagio. El festival se ha convertido en un éxito y ha promovido actividades culturales en el entorno rural, además de dar trabajo al sector de la música en una época en la que estaban parados sin vistas de reactivación.

OCRE no solo se centra en realizar festivales o actuaciones puntuales, sino que busca proyectos que se mantengan en el tiempo. La organización quiere que la cultura sea una herramienta que se use para mejorar la vida en las zonas rurales, que favorezca el turismo, que luche contra la despoblación y genere oportunidades de trabajo. Además, la iniciativa del Bosque Sonoro ha llevado a que se creen proyectos similares en otras localidades como Brizna y Doña que promueven una música que, de otra manera, no tendría cabida en los pueblos.

OCRE también promueve el cuidado del medio ambiente y ofrece oportunidades laborales en las localidades. Además, su transparencia total sobre lo que hacen y la gestión e información sobre tramitaciones de solicitud de ayudas para consistorios son una ayuda para los municipios pequeños que a veces no pueden acceder a ellas debido a la falta de recursos.

En definitiva, OCRE demuestra que la cultura puede servir como herramienta para mejorar las zonas rurales y que es importante no solo mantenerla en las ciudades, sino llevarla también a los lugares más remotos, ofreciendo oportunidades de trabajo y promoviendo una vida mejor.