La emblemática bandera de la Academia General Militar de Zaragoza ha sido objeto de un meticuloso trabajo de restauración por parte de la Real Fábrica de Tapices. Este importante símbolo viene acompañado de seis corbatas honoríficas, dos de las cuales fueron otorgadas por la Reina María Cristina, mientras que las restantes provienen de entidades civiles y militares, destacando la Medalla de Oro de la ciudad de Zaragoza.

Considerada uno de los tesoros más significativos de la Academia, esta bandera ha sido testigo del juramento de miles de oficiales del Ejército de Tierra y la Guardia Civil desde su entrega el 17 de julio de 1886. La ceremonia tuvo lugar en la capilla del Alcázar de Toledo, antigua sede de la Academia General Militar.

En un acto solemne, el teniente general Ramón Blanco Erenas presentó la bandera al General José Galbis Abella, el primer director de la Academia, en representación de la Reina María Cristina de Habsburgo y Lorena.

Dada su larga historia de 139 años, la bandera presentaba un estado muy deteriorado, con problemas como deshidratación de las fibras, desgaste, decoloraciones, arrugas, desgarros y deformaciones en el tejido. Este deterioro requería una intervención inmediata para preservar su legado.

La restauración se centró en varias etapas esenciales: una limpieza a fondo del material; la reestructuración del tejido para recuperar su forma original, eliminando arrugas; la fijación de sus elementos decorativos y la restauración del color en la vaina. Este proceso no solo restablece la belleza del paño, sino que también asegura que continúe siendo un símbolo de historia y orgullo para la Academia y su comunidad.