En Zaragoza, un equipo de arqueólogos de la Universidad de Zaragoza ha llevado a cabo la tercera y, aparentemente, última fase de excavación en el sepulcro colectivo del calcolítico en la Paridera de la Dehesa, ubicado en Muel. Durante el mes de octubre, el equipo ha trabajado arduamente, culminando con una jornada de puertas abiertas el pasado 18 de octubre, donde el público tuvo la oportunidad de conocer de cerca los hallazgos y objetivos de esta fascinante investigación.
Durante esta jornada, los asistentes pudieron apreciar las particularidades de este antiguo depósito funerario. Se presentaron datos preliminares sobre la población que habitó el lugar, así como indicios sobre su alimentación, patologías y calidad de vida. Los arqueólogos también compartieron las líneas de investigación que se están desarrollando actualmente.
Complementando la jornada, se realizaron varias actividades educativas, incluyendo un taller de tecnología prehistórica dirigido por Javier Fanlo. También se instaló una carpa expositiva donde se mostraba la evolución de la excavación y se ofrecía contexto sobre el sepulcro. Además, un terrario didáctico permitió a los más jóvenes experimentar una simulación de excavación, lo que generó un ambiente de entusiasmo entre los pequeños arqueólogos en potencia.
Este esfuerzo no habría sido posible sin la colaboración de los miembros del equipo de excavación, como Javier Fanlo, Fernando Pérez-Lambán y Óscar Lanzas, así como voluntarios y directores del yacimiento. En una fase preparatoria, Óscar Pueyo y Jorge Martín, asociados a IUCA y profesores en la Facultad de Educación, llevaron a cabo una prospección geofísica del área, con el objetivo de comprender mejor el yacimiento.
Hasta ahora, los investigadores han recuperado restos de aproximadamente 50 individuos de diversas edades en este espacio funerario colectivo. Las nueve dataciones radiocarbónicas realizadas hasta el momento sitúan su uso entre el 2850 y el 2200 a.C., dividiendo su actividad en dos fases: la inicial, entre el 2800 y el 2500 a.C., y la posterior, entre el 2500 y el 2200 a.C.
En esta última campaña, el foco de excavación se ha centrado en el sector suroeste y en los estratos situados por debajo de la cornisa de arenisca. Una vez concluyan estos trabajos, se enviarán nuevas muestras para su datación y se realizará un análisis más exhaustivo de las secuencias de enterramiento. Además, el equipo ha extraído muestras para el análisis de isótopos y ADN antiguo, con el objetivo de profundizar en la comprensión de las prácticas funerarias de las comunidades calcolíticas de la región.
Las excavaciones en el sepulcro colectivo de la Paridera de la Dehesa forman parte del proyecto “Registros funerarios y paleoantropología en la Prehistoria reciente del valle medio del Ebro” (PID2022-140671B-I100/NB-I00), bajo la dirección de Jesús V. Picazo, investigador del grupo P3A del Instituto Universitario de Investigación en Ciencias Ambientales de Aragón (IUCA).
Este proyecto ha sido co-dirigido por Marina Bretos y Javier Fanlo, y ha contado con la participación de investigadores del IUCA y estudiantes del Grado en Historia de la Universidad de Zaragoza a lo largo de las diferentes campañas de excavación.
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