
La situación fiscal en Huesca presenta cambios interesantes a medida que el Ayuntamiento se prepara para implementar nuevas ordenanzas que podrían afectar directamente a la economía de los ciudadanos. Un anuncio significativo es la propuesta del Gobierno local de eliminar la plusvalía municipal a partir del 1 de enero de 2026, lo que beneficiaría a los habitantes de la ciudad al evitarles este gasto recurrente.
Esta decisión, que se llevó a cabo en la Comisión de Hacienda, representa uno de los temas más destacados en la agenda fiscal del equipo de Gobierno para el próximo año. El concejal de Hacienda, Ricardo Oliván, compartió que la eliminación de este impuesto, que actualmente aporta alrededor de 400.000 euros anuales a las arcas municipales, se da en respuesta a una solicitud ciudadana que busca avanzar en la reducción de la presión fiscal.
La derogación de la ordenanza correspondiente, que gravaba el incremento del valor de terrenos urbanos, se aplicará a situaciones específicas, como ventas, herencias o donaciones que incluyan terrenos o viviendas. Oliván resaltó que la complejidad en la gestión de este impuesto también motivó su eliminación, evidenciando que su recaudación había disminuido a lo largo de los años, salvo en los periodos de pandemia, cuando se produjo un aumento notable relacionado con las herencias.
Sin embargo, mientras se abren nuevas oportunidades fiscales, también hay un incremento en otras tasas que impactan a los ciudadanos. Las tarifas para el agua y la basura aumentarán un 5% y un 2,7%, respectivamente, alineándose así con la legislación que exige que estos costos reflejen el precio real de los servicios. Asimismo, la tarifa por el uso de instalaciones deportivas también registrará un leve aumento del 2,7%.
Por otro lado, algunas tasas se mantendrán sin cambios, como la de estacionamiento en Zona Azul, ya que se prevé una expansión en el número de plazas disponibles para cumplir con los compromisos de la empresa concesionaria. Los esfuerzos por optimizar recursos se verán reflejados en una congelación de otros impuestos, como los relacionados con la actividad económica y la ocupación del espacio público.
Entre otros cambios propuestos, se incluirán bonificaciones por la creación de empleo en el IBI, ajustes en las tarifas para el uso de espacios culturales e iniciativas para facilitar la comprensión de las ordenanzas. Este conjunto de medidas busca cumplir con el objetivo de reducir la carga fiscal en Huesca, al mismo tiempo que se garantiza el cumplimiento de las normativas sobre tasas de agua y residuos, contribuyendo a la sostenibilidad financiera del municipio.
El proceso de elaboración de las ordenanzas fiscales sigue su curso, y se espera que los grupos de la oposición presenten sus propuestas en la próxima reunión de la Comisión de Hacienda. Tras una revisión y debate, las nuevas normativas serán sometidas a votación el día 24, con la intención de que entren en vigor junto con el presupuesto del 2026.
Esta serie de determinaciones fiscales refleja un esfuerzo por parte del Ayuntamiento de Huesca para equilibrar la búsqueda de ingresos con la responsabilidad de apoyar a sus ciudadanos en tiempos económicos inciertos.
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