La Universidad de Zaragoza suspende actividades del 3 al 17 de agosto para disminuir su huella energética.

La Universidad de Zaragoza ha decidido, como es habitual cada verano, cerrar sus instalaciones desde el 3 hasta el 17 de agosto. Esta iniciativa busca maximizar la eficiencia de los recursos públicos durante un período de menor actividad académica. Implementada desde hace casi diez años, esta medida garantiza que durante dos semanas solo operen los sistemas esenciales y de seguridad en la mayoría de los edificios.
Con este cierre, la universidad previene el desperdicio de más de 1.500.000 kWh, una cantidad equivalente al consumo eléctrico de toda la institución durante un mes de abril. Este esfuerzo de sostenibilidad se traduce en un ahorro que supera los 350.000 euros, reflejando así la importancia de una gestión responsable.
Este cierre no es solo una cuestión operativa, sino que forma parte de una estrategia más amplia de sostenibilidad institucional que muestra el compromiso de la Universidad de Zaragoza con su rol como servicio público. La institución se alinea con los principios de la Agenda 2030 de la ONU y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente en lo que respecta a energía asequible y no contaminante (ODS 7), acciones contra el cambio climático (ODS 13) y la construcción de ciudades y comunidades sostenibles (ODS 11).
En su labor por reducir el consumo energético, la universidad ha implementado cierres programados y ha ajustado los horarios de los sistemas de climatización según las necesidades de cada infraestructura. A lo largo de los últimos años, ha apostado por un modelo energético que prioriza el autoconsumo y las energías renovables. Desde 2021, se han instalado 15 sistemas de energía solar fotovoltaica en los techos de varios edificios, y esta capacidad sigue en aumento.
En julio se conmemoró un año del funcionamiento del mayor proyecto de paneles solares de la universidad, que cuenta con 6.650 paneles y ha generado 551.624 kWh. Esta producción se suma a las instalaciones anteriores, logrando cubrir aproximadamente el 5% del consumo total de electricidad de la universidad. Además, cada edificio equipado con estas instalaciones logra autoabastecerse en un 20% de su consumo eléctrico medio.
El inicio del próximo curso traerá consigo la inauguración de la más grande instalación fotovoltaica de la universidad sobre la Facultad de Medicina. Esta cubierta estará compuesta por 787 paneles y se espera que produzca anualmente 600.632,15 kWh, contribuyendo aún más a la sostenibilidad institucional.
Las iniciativas de la Universidad de Zaragoza tienen un ciclo de amortización económica de menos de cuatro años, lo que, combinado con la inversión anual en gestión energética inteligente, permite una optimización continua del consumo diario.
La universidad subraya la importancia de la implicación de toda su comunidad —personal docente, investigadores, administrativos y estudiantes— en la consecución de sus metas de sostenibilidad. Por ello, se invita a todos a llevar a cabo ciertos pasos antes del cierre, tales como apagar ordenadores y pantallas, desconectar equipos de stand-by, asegurar el apagado total de la iluminación y optimizar el uso de los refrigeradores.
Al igual que en años anteriores, algunos espacios permanecerán operativos durante este periodo: el Hospital Clínico Veterinario, la Residencia de Jaca, el Centro de Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles, el Colegio Mayor Universitario Pablo Serrano, que sigue con su programa de intercambio, y edificios como CEMINEM, que mantienen su actividad diaria debido a su naturaleza especial.
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