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CHA alerta sobre intentos de replicar la "deshonra política de Jumilla" en Aragón.

CHA alerta sobre intentos de replicar la

En Xerónimo, 12 de agosto.

La Chunta Aragonesista (CHA) ha alzado la voz ante una polémica propuesta que ya se discute en las Cortes de Aragón, la cual busca prohibir las celebraciones religiosas que no son católicas. Este debate surge a raíz de las recientes controversias en Jumilla y, según la CHA, está siendo impulsado por sectores de ultraderecha que pretenden imponer su agenda en la comunidad aragonesa.

Para la CHA, esta iniciativa refleja un profundo rechazo a la diversidad y ataca los principios democráticos fundamentales, además de poner en riesgo el tejido social que caracteriza a Aragón. La agrupación reafirma su compromiso con la convivencia pacífica y el respeto hacia todas las creencias religiosas.

Isabel Lasobras, secretaria general de CHA, expresó su firme oposición a este tipo de iniciativas: “En Aragón no vamos a permitir que las instituciones se conviertan en plataformas para discursos de odio ni que se promuevan campañas que excluyan cultural y religiosamente a sectores de la población. Es urgente que el Partido Popular y su presidente, Jorge Azcón, se pronuncien claramente: ¿están de acuerdo con esta estrategia divisiva o se opondrán a ella? Queremos saber qué precio está dispuesto a pagar el PP por mantener su poder, sacrificando principios democráticos fundamentales”.

En línea con la defensa del laicismo que distingue a CHA, Lasobras subrayó que las instituciones deben ser espacios de igualdad que garanticen el respeto hacia todas las expresiones culturales y religiosas. “No se puede imponer una única narrativa cultural, ignorando la riqueza que nuestra diversidad aporta a la sociedad. La libertad de culto y la pluralidad cultural son derechos esenciales, respaldados tanto por el Estatuto de Autonomía de Aragón como por tratados internacionales”, afirmó.

CHA hizo hincapié en que el silencio del Partido Popular acerca de estas propuestas resulta alarmante, ya que puede interpretarse como una aceptación tácita de políticas que fomentan la división y perjudican la convivencia social. Aragón es un mosaico cultural que no debe olvidarse. “En democracia, la indiferencia ante la intolerancia equivale a apoyarla. No podemos ignorar el problema mientras se discuten acuerdos políticos. Hay que rechazar claramente este tipo de iniciativas”, concluyó Lasobras con determinación.