Bermúdez de Castro insiste en recordar a las víctimas de ETA durante el tributo a los guardias civiles caídos en Sallent.

En un sentido homenaje que se realizó en Sallent de Gállego, el consejero de Hacienda, Interior y Administración Pública del Gobierno de Aragón, Roberto Bermúdez de Castro, destacó la importancia de recordar a las víctimas de ETA, especialmente a los dos agentes de la Guardia Civil que perdieron la vida a manos de esta banda terrorista en el año 2000.
Bermúdez de Castro instó a la sociedad a mantener presente la memoria de aquella trágica noche. "Es fundamental no dejar en el olvido lo que ocurrió aquí, recordar lo sucedido, y sobre todo, aprender de la historia que ha marcado a España durante cuatro décadas", subrayó el consejero.
El consejero consideró vital reconocer los hechos del pasado y condenar de manera firme las acciones de ETA, enfatizando que "no debemos jamás olvidar lo que hicieron". Su mensaje fue claro: el recuerdo es esencial para poder construir un futuro en paz.
En su intervención, también hizo hincapié en la necesidad de rendir homenaje todos los años, cada 20 de agosto, a las familias de los agentes caídos. “Es importante acompañarles en su dolor y mostrarles nuestro apoyo, a pesar de que han pasado 25 años”, añadió.
El acto conmemorativo tuvo lugar a las 12:30 en la plaza Valle de Tena y, además del consejero, contó con la presencia del alcalde de Sallent de Gállego, Jesús Gericó, y familiares de las víctimas. Al término de la ceremonia, se colocó una corona de flores y velas en el lugar donde ocurrió el atentado, junto a fotos de los dos guardias civiles homenajeados.
El Ayuntamiento local también recordó a Irene Fernández Perera y José Ángel de Jesús Encinas, los dos agentes asesinados, mediante una placa que se erigió en el área donde detonó la bomba lapa colocada en su vehículo, justo cuando se disponían a comenzar su jornada de patrullaje.
Irene, de 32 años, provenía de Las Agüeras en Asturias y se convirtió en la primera mujer del Instituto Armado en ser asesinada por ETA. José Ángel, con apenas 22 años y originario de Talavera de la Reina, había llegado a Sallent solo tres meses antes de su trágica muerte; su sueño era formar parte del Servicio de Montaña de la Guardia Civil.
Tags:
Categoría:
Newsletter
Entérate de las últimas noticias cómodamente desde tu mail.