24h Aragón.

24h Aragón.

ASAJA denuncia que la UE traiciona al sector agropecuario con el pacto de Mercosur y aranceles a China.

ASAJA denuncia que la UE traiciona al sector agropecuario con el pacto de Mercosur y aranceles a China.

Ramón Solanilla, secretario general de ASAJA Aragón, ha expresado su descontento con la postura de la Comisión Europea, que se presenta ante la sociedad como defensora del sector agrícola, pero que, según su opinión, toma decisiones que perjudican a los productores y ganaderos europeos, traicionando sus intereses. En su crítica, ha mencionado específicamente el acuerdo con Mercosur, los aranceles impuestos desde Estados Unidos y los pactos comerciales con China.

El acuerdo con Mercosur es, a su juicio, el caso más claro de esta falta de compromiso. Solanilla asegura que se prometen cláusulas de reciprocidad que, a la luz del contexto actual, no se cumplirán, un hecho que políticos y expertos conocen, pero parecen ignorar en el debate público.

De acuerdo con las advertencias de economistas, estas cláusulas se fundamentan en riesgos fitosanitarios específicos de Europa, algo que resulta "desproporcionado" e "injustificado" cuando se aplica a naciones con diferentes normativas y métodos de producción agrícola, una situación que contraviene principios establecidos del derecho internacional.

Solanilla también subrayó que estos temas no se abordan en los medios de comunicación cuando se habla de Mercosur y que este aspecto es crucial para entender cómo el acuerdo podría afectar negativamente a regiones como Aragón. Asimismo, ha enfatizado que los países del Mercosur no aplican los mismos estándares de seguridad alimentaria, sostenibilidad ambiental y bienestar animal, lo que les facilita competir de manera desleal.

El impacto de estas desigualdades no solo se circunscribe al sector agrícola, sino que repercute en toda la economía. Usando un refrán popular, Solanilla advirtió que si no se actúa ahora, todos se verán afectados a largo plazo. Mientras tanto, en Europa, los agricultores enfrentan exigencias cada vez más estrictas y costosas, lo que lo lleva a cuestionar cómo podrán competir en condiciones equitativas, concluyendo que, en realidad, es una utopía.

El secretario general ha denunciado que la Comisión Europea acepta este tipo de competencia "desleal" desde el comienzo de las negociaciones, algo que ha sido previsto por economistas y expertos del sector hace tiempo. Este detalle, ha afirmado, se ignora por completo en la discusión pública sobre el tratado.

El 5 de septiembre, la Comisión presentó su propuesta respecto al Tratado de Asociación UE-Mercosur al Consejo, marcando un hito en el proceso de validación que precederá la votación final en el Parlamento Europeo. Sin embargo, ha alertado sobre una "trampa velada", ya que será ese Parlamento el que tome la decisión, no los parlamentos nacionales, dejando poco espacio para el debate regional.

A pesar de la naranja de la Comisión, países como Polonia y Francia se oponen fuertemente al acuerdo, defendiendo la soberanía alimentaria europea ante las declaraciones de la presidenta Ursula Von der Leyen, quien promueve el pacto como beneficio para todos. Estas afirmaciones irritan a los agricultores, que ven un futuro sombrío en medio de un acuerdo que priorizaría las exportaciones europeas de automóviles, maquinaria y bebidas en detrimento de productos agrícolas locales.

La postura del Gobierno español, que respalda firmemente el acuerdo, ha sido criticada por Solanilla, quien considera incomprensible que desde el Ministerio de Agricultura se hable de supuestos beneficios para el sector. Lo mismo se aplica a los aranceles de Estados Unidos, ya que Europa cede en áreas estratégicas mientras sus productos encuentran obstáculos en el mercado estadounidense.

Con respecto a China, la situación es aún más confusa, con un incremento en la dependencia comercial y la falta de garantías de reciprocidad, dejando a los productores europeos vulnerables. La Comisión, en lugar de fortalecer el sector agrícola y ganadero como estratégico, ha decidido debilitarlo, concluyó Solanilla.

Solanilla exigió a los responsables de la Comisión que detengan esta "política suicida" que pone en jaque la soberanía alimentaria de Europa, denunciando que se engaña a la ciudadanía con discursos sobre sostenibilidad y apoyo al campo.

Finalmente, afirmó que cada decisión en Bruselas parece empujar al sector hacia la ruina, condenando a la agricultura y ganadería europea. Con un claro mensaje de lucha, subrayó que "sin agricultores y ganaderos, no hay futuro para Europa", enfatizando la necesidad de hacerse sentir en la defensa del sector.