
ZARAGOZA, 19 de agosto.
El Departamento de Agricultura, Ganadería y Alimentación de Aragón ha dado a conocer la Orden AGA/1005/2025 en el Boletín Oficial de Aragón, que establece un programa de ayudas dirigido a las explotaciones agrícolas que han sufrido el impacto del fuego bacteriano, conocido científicamente como 'Erwinia amylovora'. Esta iniciativa, dotada con un presupuesto inicial de 500.000 euros, será financiada íntegramente con recursos propios del Gobierno regional.
Es un momento histórico, ya que es la primera vez en más de diez años que las autoridades aragonesas diseñan un plan específico para abordar la reconversión varietal de las especies de perales y membrilleros afectadas por esta devastadora enfermedad.
El fuego bacteriano ha ido extendiéndose de manera alarmante en los últimos años, afectando especialmente a la Comarca de Calatayud, donde la totalidad de las 470 hectáreas dedicadas a estos frutales se encuentra comprometida.
La orden establece las directrices para la concesión de ayudas que facilitarán a los agricultores la reconversión de sus cultivos. Los propietarios de explotaciones de peral y membrillero que cumplan con los requisitos establecidos podrán acceder a estas subvenciones.
Entre las acciones subvencionadas se contempla la eliminación de las plantaciones infectadas y su reemplazo por variedades que presenten una mayor resistencia a la enfermedad.
El proceso de solicitud se llevará a cabo de manera digital, permitiendo una gestión más ágil y reduciendo la carga documental para aquellos que ya tienen información disponible en la Administración, siguiendo siempre criterios transparentes y objetivos.
Además, se planean jornadas técnicas y sesiones informativas para facilitar un proceso de reconversión colaborativo y ordenado, en el que los agricultores afectados estén acompañados por expertos en la materia.
El fuego bacteriano, que afecta a diversas especies de frutales, se manifiesta a través de síntomas como la necrosis de hojas, flores y ramas, las cuales se oscurecen dando la impresión de haberse quemado, lo que explica el origen de su nombre.
Es importante destacar que esta enfermedad se propaga con rapidez mediante insectos, agua, viento y herramientas de poda, e incluso puede transmitirse de planta a planta, lo que la convierte en una amenaza potencialmente destructiva para las plantaciones, a menudo requiriendo la eliminación total de los árboles infectados para controlar su difusión.
Considerada una de las plagas más serias que enfrentan los cultivos de frutales, actualmente no existen tratamientos curativos eficaces, lo que subraya la importancia de adoptar medidas preventivas y de erradicación para salvaguardar las explotaciones afectadas.
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