Este jueves, el atrio de la iglesia parroquial de Ansó en Huesca se convirtió en un escenario histórico al conmemorar el 650 aniversario de la firma del acuerdo del Tributo de las Tres Vacas. Este pacto, signado el 16 de octubre de 1375, marcó el fin de las disputas entre el valle navarro del Roncal y el valle bearnés de Baretous, que durante años habían lidiado por los derechos de pastoreo y fuentes de agua. El tributo, cuya celebración se lleva a cabo cada 13 de julio, se postula como candidato para ser declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
María Blanca Alfonso de la Riva, la alcaldesa de Ansó, compartió detalles sobre la histórica firma del acuerdo. En su declaración a Europa Press, explicó que el tratado fue rubricado por el alcalde Sancho García junto a seis hombres de la localidad, quienes actuaron como árbitros en un proceso que involucró al rey de Navarra y los nobles y obispos de Baretous. Como resultado, se estableció que los habitantes de Baretous entregarían tres vacas anualmente a los roncaleses, asegurando así la paz entre ambas regiones.
La tradición del Tributo de las Tres Vacas sigue viva en la actualidad, aunque los bearneses optan por entregar el equivalente monetario a las vacas en lugar de los animales en sí. “Este pacto ha perdurado en el tiempo y se considera el tratado de paz más antiguo de Europa que sigue en vigor”, destacó la regidora, quien subrayó la importancia de celebrar el aniversario en el lugar donde se firmó el acuerdo, en el atrio de la iglesia de San Pedro.
El evento se inauguró con una recepción a diversas autoridades en la cercana ermita de Santa Bárbara. Presentes estuvieron la directora general de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón, Gloria Pérez, y otros dignatarios del ámbito provincial y autonómico, todos vestidos con el tradicional traje ansotano, que simboliza la rica herencia cultural de la región.
El acto principal tuvo lugar al mediodía, en el mismo atrio que vio nacer el antiguo pacto. Allí, se firmó un documento que propondrá la declaración de esta ceremonia como Patrimonio de la Humanidad. La celebración incluyó una impresionante exhibición de manejo de ganado en el Camino de la Fuente, acompañada por melodías de música antigua interpretadas por músicos de salterio y otros instrumentos.
“Para nuestra comunidad, es un gran motivo de orgullo que nuestros antepasados demostraran tal capacidad de diálogo y resolución pacífica de conflictos”, declaró la alcaldesa. Además, enfatizó que el reconocimiento internacional no solo visibilizaría el territorio, sino que también reafirmaría la identidad local y su patrimonio cultural.
En el marco de una manifestación conjunta que busca la inclusión del Tratado Pax Avant y de la ceremonia de las Tres Vacas en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO, se recordó que este acuerdo, forjado hace más de siete siglos, surgió de las disputas entre los valles del Roncal y Baretous, mediadas por los jueces de Ansó. Estos valles, que en aquel entonces pertenecían a distintas soberanías, hoy son parte de las autonomías europeas de Navarra, Bearne-Aquitania y Aragón, repartidas entre los Estados de España y Francia.
Este tratado no solo puso fin a un prolongado conflicto entre los pueblos de estos valles, sino que también ha perdurado a lo largo de las diversas etapas de la historia, desde la antigüedad hasta nuestros días, desempeñando un papel crucial en las relaciones transfronterizas.
El acuerdo contempla aspectos tan significativos como la delimitación territorial de áreas en disputa y la formalización de la ceremonia que reiterará el compromiso de paz de manera anual y perpetua. De este modo, cada año, los bearneses renovarán su juramento y seguirán entregando el tributo de las Tres Vacas a los habitantes de Isaba, Uztarroz, Garde y Urzainqui, asegurando la continuidad de esta histórica tradición.
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