El pasado 15 de mayo, en una trágica historia de abandono animal, la Guardia Civil ha iniciado una investigación en la localidad de Caspe, Zaragoza, después de que un individuo arrojara a un contenedor de basura a cuatro recién nacidos cachorros. Los pequeños, que tenían apenas dos o tres días de vida, fueron encontrados en un estado crítico, presentando signos de hipotermia y desnutrición.
Todo comenzó en febrero, cuando los agentes del SEPRONA se toparon con una publicación en redes sociales que denunció este acto de crueldad. Las indagaciones subsiguientes les llevaron a conectar esta denuncia con el hallazgo realizado por un vecino, quien encontró a los cachorros el mismo 15 de febrero, lo que alertó a las autoridades sobre el inquietante suceso.
Los animalitos, que apenas podían moverse y sufrían de hipotermia e inanición, fueron rápidamente trasladados a un veterinario en Alcañiz, donde recibieron la atención urgente que necesitaban. Gracias a la rápida reacción de la comunidad y los profesionales de la salud veterinaria, se les brindó una segunda oportunidad.
Los investigadores de la Guardia Civil comenzaron a rastrear la zona, utilizando cámaras de seguridad. Fue así como lograron identificar a un hombre que, según las grabaciones, se acercó con su coche y arrojó dos bolsas en los cubos de basura, lo que encendió las alarmas y llevó a su identificación.
Al identificar el vehículo y a su propietario, se descubrió que esta persona tenía una perra que podría haber estado en periodo de cría, lo que llevó a las autoridades a tomar muestras de ADN del animal con el fin de establecer un vínculo de parentesco con los cachorros abandonados. Esta investigación no solo busca justicia para los pequeños, sino que también refleja la necesidad urgente de promover un mayor compromiso hacia el bienestar animal en nuestra sociedad.
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