El Descenso Internacional del Cinca anima a Fraga, Torrente y Mequinenza con más de 600 participantes.

Este domingo, el río Cinca ha sido testigo de un evento de gran relevancia, con más de 600 palistas participando en la XXVI edición del Descenso Internacional del Cinca, un récord sin precedentes para esta competición. Han llegado a sus orillas deportistas profesionales y aficionados de 28 clubes y cinco países diferentes, finalizando un fin de semana vibrante que ha tenido un impacto significativo en el comercio local.
El ambiente en la salida estaba lleno de vida, con una diversidad de idiomas y acentos que resonaban desde diferentes puntos de España y también de naciones como Portugal, Francia, Argentina, Chile y Georgia.
A partir de las 9:30 de la mañana, el río Cinca, a su paso por Fraga, se llenó de una explosión de colores: chalecos, cascos, piraguas y palas de los participantes de la competición oficial. Alrededor de 200 deportistas comenzaron su travesía de 19 kilómetros, desde el embalse de Mequinenza, siguiendo un recorrido que fue monitoreado a distancia gracias a un sistema de geolocalización implementado por la organización del evento.
En ese momento clave, los registros del río indicaban una profundidad de 98 centímetros y un caudal de 15 centímetros cúbicos, lo que, según los expertos, ofrecía condiciones óptimas para la competición. La jornada se presentaba perfecta para esforzarse al máximo y luchar por los mejores puestos en la meta.
Los primeros competidores tuvieron un inicio escalonado, con un intervalo de diez minutos antes de que el resto de los participantes, en su mayoría aficionados –cerca de 400 en total–, se lanzaran con entusiasmo y respeto hacia sus embarcaciones, dispuestos a surcar las aguas del río. Entre ellos había desde novatos hasta veteranos, pero todos compartían la emoción por ser parte de un evento que año tras año gana en trascendencia.
Para garantizar la seguridad del evento, se organizó un operativo considerable, con la colaboración de 400 efectivos. Este despliegue incluyó un Puesto de Mando Avanzado, donde se encontraban agentes de la Guardia Civil, Bomberos de la DPH, personal de Cruz Roja Aragón, voluntarios de Protección Civil del Bajo Cinca, así como un helicóptero del 112 Aragón.
Los ganadores de la categoría masculina sénior de K-2, los hermanos Haritz y Asier Aizpurua, del Itxas-Gain Zumaiako, lograron el primer puesto a pesar de volcar al inicio de la carrera. Su juventud, con 20 y 18 años respectivamente, les dio la fuerza necesaria para superar el contratiempo y alcanzar la victoria.
Los galardones para los campeones, así como el avituallamiento para todos los participantes, reflejaron la abundancia frutal de la región, con generosas porciones de sandía, paraguayos e higos. Este evento no solo significó una prueba deportiva de alto nivel, sino que también consolidó su papel como un fenómeno social que ha beneficiado considerablemente a los negocios locales, aportando un respiro económico en días intensos de actividad.
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