
El Ayuntamiento de Zaragoza está a punto de dar un gran paso hacia la revitalización del río Huerva con el inicio de la segunda fase de su ambicioso proyecto de renovación, programado para mediados de septiembre. Esta iniciativa tiene como objetivo mejorar la biodiversidad y reconfigurar el paisaje y la hidromorfología de la zona, marcando un hito en la apuesta por la sostenibilidad en la capital aragonesa.
La transición entre la primera y segunda fase se llevará a cabo de manera coordinada, según ha informado Víctor Serrano, el consejero municipal de Urbanismo, Infraestructuras, Energía y Vivienda. En una reunión reciente con los vecinos de la calle Viva España, se discutieron ajustes necesarios en el diseño de una pasarela peatonal, que conectará la ribera de los ciudadanos con la calle Manuel Lasala.
Serrano comentó que tras analizar las preocupaciones de los residentes, se ha decidido desplazar la base de la pasarela unos metros río arriba, asegurando que se mantengan las condiciones hidráulicas del cauce y sin causar efectos negativos en el entorno. Además, este cambio requerirá un rediseño que ha sido abordado con éxito por el equipo técnico del Ayuntamiento.
Con una inversión que asciende a 23.071.804,86 euros, dinero que ha sido adjudicado a la UTE Construcciones MLN - Ingeniería y Técnicas Globales de Resolución Ambiental SL, la segunda fase representa una reducción del 9% sobre el presupuesto original, lo que permitirá un ahorro significativo para las arcas municipales.
Durante este mes también se completarán las obras restantes de la fase inicial, que ha requerido una inversión de 8,85 millones de euros. En el primer tramo del proyecto, que comprende desde el Puente Blasco del Cacho hasta la Gran Vía, se están afinando los últimos detalles de las obras del tanque de tormentas, mientras que en el segundo tramo, desde Miguel Servet hasta la desembocadura, se continúa con el avance del colector de Camino de las Torres, que ha encontrado obstáculos debido a las condiciones climáticas recientes.
Además, en el segundo tramo se ha descubierto un antiguo paño de sillares, que incluye algunas piedras de origen romano reutilizadas en un puente del siglo XV. Esta parte de la historia se integrará en el proyecto, contribuyendo así a mantener el legado cultural de la zona.
Los responsables del proyecto ya están elaborando un cronograma para las actividades de la segunda fase, con el objetivo de que a finales de septiembre comiencen simultáneamente en ambos tramos importantes movimientos de tierras y la creación de nuevos espacios, senderos y áreas verdes, incluyendo la plantación de más de 160.000 nuevos árboles y plantas.
La segunda fase también implicará la creación de ocho parques a lo largo del curso urbano del río, de los cuales cinco serán nuevos y tres se renovarán. Este esfuerzo no solo se centra en la recuperación fluvial, sino que también busca aumentar la accesibilidad y la vegetación en las calles adyacentes, promoviendo un entorno más amigable y natural para todos los zaragozanos.
El proyecto tiene la suerte de contar con el respaldo financiero de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, cuyo financiamiento, que asciende a casi 5 millones de euros, forma parte del Plan de Recuperación promovido por la Unión Europea. Además, el Gobierno de Aragón ha comprometido 20 millones de euros adicionales para llevar a cabo este desafío transformador en colaboración con el Ayuntamiento de Zaragoza.
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