Un reciente operativo de la Guardia Civil ha llevado a la detención de un individuo en la provincia de Huesca, al que se le imputan un total de 19 delitos de acoso, junto a 8 delitos relacionados con la revelación de secretos, además de 3 delitos de amenazas y coacciones, sumándose un delito de odio. Este caso revela una alarmante realidad sobre el acoso digital y sus múltiples manifestaciones.

La investigación se inició a comienzos de este año, a raíz de múltiples denuncias presentadas por personas que afirmaron haber recibido mensajes de contenido denigrante y amenazante provenientes de perfiles anónimos en diversas plataformas. La naturaleza de estas comunicaciones evidencia un patrón de hostigamiento que afecta profundamente a las víctimas.

A medida que avanzaban las pesquisas, los agentes lograron identificar al sospechoso, quien había estado ocultando su identidad creando múltiples perfiles falsos en una variedad de redes sociales y aplicaciones de mensajería. Este modus operandi pone de manifiesto la creatividad y la pericia técnica de quienes perpetran este tipo de delitos, así como la vulnerabilidad inherente de las plataformas digitales en las que operan.

El detenido no solo se limitaba a acosar a sus víctimas a través de mensajes; también utilizaba fotografías privadas que había obtenido de las propias personas afligidas. El acoso tomó formas extremas, incluyendo amenazas directas y coacciones, así como un alto volumen de llamadas y mensajes de contenido sexual, todo ello con la intención manifiesta de desestabilizar y perturbar la vida cotidiana de las víctimas.

Se ha constatado que el sospechoso seleccionaba a sus víctimas basándose en su lugar de residencia y su pertenecía a círculos sociales comunes. Un dato inquietante es que algunas de las afectadas padecieron este acoso durante más de un año, lo que refleja la gravedad y la persistencia de la acción delictiva.

Para llevar a cabo su campaña de acoso, el ahora detenido utilizó un total de 14 perfiles falsos en distintas plataformas, cinco cuentas en aplicaciones de mensajería instantánea y cuatro números de teléfono, todos ellos pertenecientes a otras personas, a quienes usurpó sus datos. Implementó tecnología como una red privada virtual para cifrar su información y ocultar su rastro, lo que demuestra un nivel de premeditación preocupante en su conducta.

Finalmente, tras un exhaustivo análisis de más de 6,000 llamadas y una gran cantidad de mensajes, la Guardia Civil procedió a la captura del sospechoso y realizó un registro en su domicilio ubicado en la localidad de Fraga, donde se incautaron varios dispositivos. Esta operación ha sido fundamental en la lucha contra el acoso digital y ha sido conducida por el Equipo de Huesca bajo la supervisión del Juzgado de Instrucción Nº2 de Fraga, marcando un paso significativo en la respuesta institucional ante la creciente problemática del acoso en el entorno digital.