ZARAGOZA, 29 de agosto. En un movimiento que busca adaptarse a las preocupaciones actuales sobre el uso excesivo de la tecnología, el Gobierno de Aragón ha decidido regular la utilización de dispositivos digitales en el ámbito educativo. A partir del curso escolar 2026/2027, el Departamento de Educación, Cultura y Deporte implementará una nueva normativa que establece pautas claras sobre cómo y cuándo utilizar recursos digitales en centros no universitarios financiados con fondos públicos.
El documento que se presentará al Consejo Escolar de Aragón, donde están representadas diversas voces de la comunidad educativa, busca apoyar un debate inclusivo y transparente. De igual manera, se llevará a cabo una comisión especial en las Cortes de Aragón, cuyo trabajo comienza este lunes, para abordar de manera exhaustiva los cambios propuestos.
Esta iniciativa responde a las preocupaciones expresadas por las familias y diversos organismos, tanto públicos como privados, sobre la necesidad de proteger a los jóvenes. Las cifras van en aumento y distintas investigaciones resaltan la importancia de un uso equilibrado y saludable de la tecnología, especialmente entre menores de edad.
El objetivo final es encontrar un balance entre la enseñanza de competencias digitales —esenciales ante un futuro laboral en un mundo cada vez más tecnológico— y el fomento de un uso seguro y responsable de los dispositivos, adaptado a las diferentes edades y etapas educativas de los estudiantes.
La regulación, que sigue a una decisión previa de limitar el uso de teléfonos móviles durante el pasado curso escolar, busca ahora hacer un seguimiento más riguroso del uso que niños y adolescentes hacen de otros dispositivos como tablets o Chromebook. La meta es que el tiempo de conexión no interfiera en su salud emocional, relaciones interpersonales o rendimiento académico.
Según la consejera de Educación, Cultura y Deporte, Tomasa Hernández, la propuesta permitirá a las escuelas integrar un modelo pedagógico que, sin desvincularse de la tecnología, se sienta cada vez más alejado de un modelo que prioriza el aprendizaje digital y fomente prácticas como el uso de libros físicos y la escritura a mano.
“Buscamos que los dispositivos digitales no sean el único recurso del que dependa el proceso educativo, sino que se utilicen de manera complementaria a métodos tradicionales”, afirmó Hernández, quien agregó que varias comunidades autónomas ya han comenzado a establecer normas que limitan el uso de tecnología según el grado de desarrollo y madurez del alumnado.
La futura regulación estipulará que el uso de herramientas digitales no será el centro del proceso de enseñanza-aprendizaje, aunque sí podrán ser utilizadas con un enfoque pedagógico que enriquezca la experiencia educativa, sin sustituir a los recursos analógicos.
En cuanto a los detalles específicos, las instrucciones diferenciarán el uso de dispositivos según el nivel educativo. En el primer ciclo de infantil (0-3 años) se priorizarán recursos analógicos, y en el segundo ciclo (3-6 años), se permitirá una introducción gradual, limitando el uso a una hora semanal bajo la supervisión del docente.
Para los estudiantes de primaria, se establecerá un uso preferente de materiales en papel y la tecnología digital se limitará a actividades específicas supervisadas. En los primeros ciclos, el uso de dispositivos digitales no podrá superar las dos horas semanales, mientras que en los últimos dos ciclos se permitirá hasta cuatro horas.)
En Educación Secundaria Obligatoria, se permitirán usos controlados de recursos digitales, con una hora diaria para 1º y 2º y un máximo de dos horas para 3º y 4º. En Formación Profesional Básica, el límite se establece en dos horas al día. El objetivo es siempre combinar la tecnología digital con métodos tradicionales.
El uso de tecnologías digitales no individuales, como pizarras digitales, también será permitido, siempre bajo la supervisión docente y con un propósito educativo. Se harán excepciones para clases telemáticas o semipresenciales, mientras que se regulará que los alumnos no realicen tareas evaluables fuera del horario escolar mediante dispositivos digitales, excepto en circunstancias excepcionales.
Las instituciones educativas también se comprometen a permitir que aquellos alumnos con necesidades específicas tengan un acceso más flexible a dispositivos digitales, aunque esto deberá justificarse adecuadamente. Cada centro deberá incorporar las nuevas pautas en su planificación anual antes del 1 de septiembre de 2027.
Para aquellas instituciones que ya cuenten con proyectos que requieren dispositivos digitales, se les dará hasta agosto de 2027 para realizar adaptaciones necesarias. Sin embargo, desde el inicio del curso 2026/2027 no podrán incorporar nuevos grupos que dependan de esos recursos tecnológicos.
La consejera también ha mencionado la posibilidad de crear un periodo de transición para licencias digitales, subrayando que se llevará a cabo un control riguroso por parte del Servicio de Inspección, en colaboración con las familias, ya que son esenciales en la supervisión del uso responsable de la tecnología.
“Es fundamental actuar conforme a lo que los expertos nos aconsejan”, concluyó Tomasa Hernández, reafirmando el compromiso de su administración con el bienestar y la educación de los jóvenes.
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