La participación aragonesa en la Guerra de Sucesión Española fue un capítulo crucial en la historia de Aragón y de España en el siglo XVIII. Esta guerra se desencadenó tras la muerte del rey Carlos II de España en 1700, sin descendencia directa que dejara clara su sucesión al trono. Ante esta situación, dos grandes potencias europeas, Francia y Austria, se disputaron el control del trono español, dando lugar a un conflicto que duraría más de una década.
Aragón, como parte del Reino de España, se vio inmersa en este conflicto desde sus inicios. Si bien la Corona de Aragón mantenía cierta autonomía política dentro de la monarquía hispánica, su lealtad y participación en la guerra fueron fundamentales para el devenir de los acontecimientos.
La región de Aragón fue escenario de diversos enfrentamientos durante la Guerra de Sucesión Española. Tanto las tropas francesas como las austracistas atravesaron su territorio en su lucha por el control de la Corona española. Zaragoza, la capital aragonesa, fue especialmente afectada por la guerra, sufriendo asedios y combates que dejaron huellas en la ciudad y en su población.
Los aragoneses jugaron un papel destacado en la Guerra de Sucesión Española, tomando partido por uno u otro pretendiente al trono. Si bien la mayoría de la nobleza aragonesa apoyó inicialmente al archiduque Carlos de Austria, también hubo aragoneses que se adhirieron a Felipe V, el candidato proclamado por Francia.
Desde el principio del conflicto, Aragón se inclinó mayoritariamente hacia el bando austracista, que defendía los derechos del archiduque Carlos de Austria como legítimo heredero al trono español. Muchos nobles aragoneses apoyaron esta causa, liderando tropas y participando activamente en las batallas que se libraron en la región.
Por otro lado, algunos aragoneses se alinearon con el bando borbónico, respaldando la candidatura de Felipe V. Este apoyo se debió en parte a la presión ejercida por las tropas francesas y a la promesa de estabilidad que suponía la llegada de un monarca con apoyo extranjero. Aunque en menor medida, la causa borbónica contó con seguidores aragoneses que tuvieron un papel relevante en la guerra.
La Guerra de Sucesión Española dejó profundas huellas en Aragón, tanto a nivel político como social y económico. La región sufrió las consecuencias de los enfrentamientos bélicos, con destrucción de infraestructuras, pérdida de vidas y un duro impacto en la economía local.
Tras la guerra, Aragón tuvo que hacer frente a la tarea de reconstruirse y recuperar la estabilidad perdida. La llegada de Felipe V al trono supuso cambios significativos en la organización política de la región, con la implantación de nuevas instituciones y leyes que buscaban la centralización del poder en la monarquía borbónica.
La guerra también tuvo un impacto en la sociedad aragonesa, con cambios en las estructuras sociales y económicas. Muchos nobles que habían apoyado al bando austracista perdieron sus privilegios y propiedades, mientras que otros vieron recompensados sus servicios al nuevo monarca borbónico.
La participación aragonesa en la Guerra de Sucesión Española dejó un legado histórico que perduraría en la memoria colectiva de la región. Este conflicto marcó un punto de inflexión en la historia de Aragón, con consecuencias que se harían sentir durante décadas posteriores y que contribuyeron a moldear la identidad aragonesa.
En definitiva, la participación aragonesa en la Guerra de Sucesión Española fue un capítulo crucial en la historia de la región y de España en su conjunto. El compromiso y la lucha de los aragoneses en este conflicto fueron determinantes en el devenir de los acontecimientos y en la configuración del país que conocemos hoy en día.