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La guerra y la identidad aragonesa

Introducción

La Guerra de Sucesión Española fue un conflicto que tuvo lugar en Europa entre los años 1701 y 1714, con repercusiones en todas las regiones de la Península Ibérica, incluida Aragón. Durante este periodo, el territorio aragonés se vio inmerso en una serie de conflictos políticos y militares que marcaron la identidad de sus habitantes. En este artículo exploraremos la relación entre la guerra y la identidad aragonesa, analizando cómo este evento histórico influyó en la forma en que los aragoneses se percibían a sí mismos y en su relación con el resto de España.

El contexto político

Para comprender la implicación de Aragón en la Guerra de Sucesión Española, es importante conocer el contexto político en el que se desarrolló el conflicto. En el año 1700, Carlos II de España falleció sin descendencia, dejando vacante el trono de España. Esta situación desencadenó una disputa sucesoria entre dos candidatos: el archiduque Carlos de Austria y Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia.

La Corona de Aragón, al igual que otros territorios españoles, se dividió en su apoyo a los dos pretendientes. Parte de la nobleza aragonesa respaldó al archiduque Carlos, mientras que otra parte se mostró partidaria de Felipe de Anjou. Esta división interna en Aragón reflejaba las tensiones políticas y sociales que se vivían en toda la Península Ibérica en aquel momento.

La presencia de tropas extranjeras

Uno de los aspectos más destacados de la Guerra de Sucesión Española en Aragón fue la presencia de tropas extranjeras en el territorio. Tanto las fuerzas borbónicas, que apoyaban a Felipe V, como las fuerzas austracistas, que respaldaban al archiduque Carlos, utilizaron Aragón como un escenario de los enfrentamientos militares.

La presencia de tropas extranjeras en Aragón tuvo un impacto significativo en la población local, que se vio obligada a soportar las consecuencias de la guerra en su día a día. Además, la presencia de soldados extranjeros en territorio aragonés contribuyó a reforzar la identidad regional de los aragoneses, que veían en la defensa de su tierra una forma de preservar su autonomía y singularidad.

La Batalla de Almansa y sus consecuencias

Uno de los episodios más relevantes de la Guerra de Sucesión Española en Aragón fue la Batalla de Almansa, que tuvo lugar el 25 de abril de 1707. En esta contienda, las fuerzas borbónicas lideradas por el duque de Berwick derrotaron al ejército austracista, lo que supuso un duro golpe para las aspiraciones del archiduque Carlos en la corona española.

La Batalla de Almansa tuvo graves consecuencias para Aragón, ya que tras la victoria borbónica se impuso en el territorio aragonés un régimen de represión y castigo hacia aquellos que habían apoyado al bando austracista. Esta situación generó un clima de tensión y conflicto en Aragón que perduró incluso después de la finalización de la guerra en 1714.

La construcción de la identidad aragonesa

La Guerra de Sucesión Española desempeñó un papel fundamental en la construcción de la identidad aragonesa. Durante el conflicto, los aragoneses tuvieron que definir su postura y defender sus intereses frente a las potencias extranjeras y los diferentes bandos en pugna. Esta situación contribuyó a reforzar el sentimiento de unidad y pertenencia a Aragón, así como a fortalecer la conciencia de autonomía y singularidad de la región.

  • La defensa del fuero aragonés. Durante la Guerra de Sucesión Española, la defensa del fuero aragonés se convirtió en un símbolo de resistencia y autonomía para los aragoneses. El fuero aragonés era un conjunto de leyes y privilegios que regulaban la vida política y jurídica de la Corona de Aragón, y que los aragoneses veían amenazados por la llegada de un nuevo monarca.
  • La resistencia frente a la represión. Tras la Batalla de Almansa, Aragón vivió un periodo de represión y castigo por parte de las autoridades borbónicas. Sin embargo, la población aragonesa se mantuvo firme en su resistencia y lucha por preservar sus tradiciones y libertades, lo que contribuyó a reforzar su identidad como pueblo.

En conclusión, la Guerra de Sucesión Española tuvo un impacto profundo en la identidad aragonesa, fortaleciendo el sentimiento de pertenencia a la región y la conciencia de autonomía y singularidad frente al poder central. Este conflicto, lejos de dividir a los aragoneses, contribuyó a unirlos en torno a la defensa de sus intereses y tradiciones, dejando un legado duradero en la historia de Aragón.