El Compromiso de Caspe fue un acontecimiento crucial en la historia de Aragón que tuvo lugar en el siglo XV. Para entender su importancia, es necesario conocer los antecedentes que llevaron a esta importante decisión.
Tras la muerte de Martín el Humano en 1410, se produjo una crisis sucesoria en la Corona de Aragón. Martín no había dejado descendencia directa, por lo que era necesario elegir un nuevo monarca para ocupar el trono. Esta situación llevó a un conflicto entre las diferentes casas nobiliarias que reclamaban el derecho a la corona.
En medio de la crisis sucesoria, surgieron tres candidatos principales para ocupar el trono de Aragón. Por un lado, estaba Fernando de Antequera, hijo de Juan I de Castilla y nieto de Pedro IV de Aragón. También se postulaba como candidato Jaime de Urgel, descendiente directo de Alfonso IV de Aragón. Por último, Juan de Navarra, representante de la casa de Evreux, también reclamaba sus derechos al trono.
Ante la disputa por la sucesión, se decidió convocar un tribunal en la localidad de Caspe para resolver la cuestión. Este tribunal estaría compuesto por representantes de los reinos de Aragón, Valencia y Cataluña, así como por delegados de los Estados Generales de Aragón.
El Compromiso de Caspe se llevó a cabo durante los meses de marzo y junio de 1412, siendo un proceso largo y complejo que implicó la revisión de numerosos documentos y testimonios. Tras evaluar detenidamente las pruebas presentadas por los diferentes candidatos, el tribunal llegó a una conclusión.
Finalmente, el tribunal de Caspe decidió otorgar la corona de Aragón a Fernando de Antequera, quien sería proclamado rey bajo el nombre de Fernando I. Esta elección se basó en la legitimidad de su linaje y en su capacidad para mantener la unidad de la Corona de Aragón en un momento de crisis.
El Compromiso de Caspe tuvo importantes repercusiones en la historia de Aragón y de la Corona de Aragón en su conjunto. La elección de Fernando de Antequera como nuevo monarca significó un punto de inflexión en la política de la época y sentó las bases para la estabilidad y el desarrollo futuro del reino.
El Compromiso de Caspe dejó un legado duradero en la historia de Aragón. La elección de Fernando de Antequera como nuevo monarca permitió superar la crisis sucesoria y consolidar la unidad de la Corona de Aragón en un momento crucial. Su reinado fue marcado por importantes avances en la administración, la cultura y la economía del reino, dejando una huella imborrable en la historia de la región.