La historia de Aragón es rica y diversa, con raíces que se remontan a la antigüedad. En este artículo, nos enfocaremos en la llegada de los íberos a la región, un acontecimiento crucial que marcó el inicio de la Edad Antigua en Aragón.
Antes de la llegada de los íberos, la región de Aragón estaba habitada por diferentes grupos humanos, como los celtas y los tartesios. Sin embargo, fue con la llegada de los íberos que la región experimentó un cambio significativo en su población y cultura.
Los íberos eran un pueblo de origen indoeuropeo que se estableció en la península ibérica alrededor del siglo VI a.C. Se distinguían por su organización social y política, así como por su habilidad en la metalurgia y la agricultura. Su llegada a Aragón tuvo un impacto duradero en la región.
Una vez establecidos en Aragón, los íberos iniciaron un proceso de expansión y consolidación de su territorio. Fundaron numerosas ciudades y poblados, desarrollando una red de comunicaciones y comercio que conectaba Aragón con otras regiones de la península ibérica.
La presencia íbera en Aragón dejó un legado cultural impresionante que perdura hasta nuestros días. Su arte, arquitectura y cerámica son ejemplos de la creatividad y habilidad técnica de este pueblo antiguo.
El arte íbero en Aragón se caracteriza por sus esculturas en piedra, sus pinturas murales y su cerámica decorada. Estas manifestaciones artísticas reflejan la cosmovisión y las creencias religiosas de los íberos, así como su destreza técnica.
La arquitectura íbera en Aragón se destaca por sus construcciones defensivas, como las murallas y torres de vigilancia. Estas estructuras eran fundamentales para la protección de las ciudades íberas ante posibles invasiones.
A pesar de que la presencia íbera en Aragón fue eclipsada por la llegada de los romanos, su legado perdura en la región. La toponimia, la gastronomía y las tradiciones culturales de Aragón llevan la huella de los antiguos pobladores íberos.
Muchos de los nombres de ciudades y pueblos en Aragón tienen origen íbero, como Teruel, Calatayud, y Huesca. Estos topónimos son un recordatorio de la presencia y la influencia de los íberos en la región.
La gastronomía de Aragón también lleva la influencia íbera en algunos de sus platos tradicionales, como el ternasco asado y las migas aragonesas. Estos platos tienen sus raíces en las tradiciones culinarias de los antiguos íberos.
La llegada de los íberos a Aragón fue un acontecimiento trascendental que marcó el inicio de la Edad Antigua en la región. Su legado cultural perdura en la toponimia, la gastronomía y las tradiciones de Aragón, mostrando la importancia y la influencia de este antiguo pueblo en la historia de la región.