Los melocotones de Calanda son una joya de la gastronomía aragonesa. Procedentes de la comarca del Bajo Aragón en la provincia de Teruel, estos melocotones de piel aterciopelada y sabor dulce, son conocidos en todo el mundo por su calidad y sabor.
Los melocotones de Calanda ya eran conocidos en la época romana por su sabor y calidad. Durante la Edad Media, este fruto tuvo un papel importante en la economía de la zona. A partir del siglo XVII comenzaron a exportarse a otros países, siendo muy valorados en la corte francesa y en el norte de Europa. Durante el siglo XX, con el desarrollo de la agricultura moderna, la producción del melocotón de Calanda se vio afectada, pero a partir de los años 90 su cultivo se revitalizó. Hoy en día, los melocotones de Calanda cuentan con una Denominación de Origen Protegida y son un producto muy apreciado.
Los melocotones de Calanda se cultivan en más de 900 hectáreas de la comarca del Bajo Aragón. El clima mediterráneo y la tierra arcillosa de la zona proporcionan las condiciones ideales para su desarrollo. Desde la floración hasta la recolección, el proceso de cultivo se realiza de forma artesanal, cuidando cada detalle para obtener un fruto de la máxima calidad.
Los melocotones de Calanda se caracterizan por su piel aterciopelada y su pulpa jugosa y dulce. Son de tamaño medio y tienen una forma redondeada y achatada. Su piel es de color amarillo o amarillo-rojizo y está cubierta de pequeñas manchas de color rojo oscuro.
Los melocotones de Calanda son un ingrediente muy versátil en la cocina. Se pueden utilizar tanto en platos dulces como salados. En postres, son la base de tartas, macedonias y helados. En platos salados, se utilizan en ensaladas, acompañando a carnes y pescados.
Si eres un amante de la gastronomía, los melocotones de Calanda son un producto que no puedes dejar de probar. Su sabor único te sorprenderá y su calidad te dejará sin palabras. Un producto de la tierra, elaborado de forma artesanal y que se ha convertido en un símbolo de la gastronomía aragonesa.