El Castillo de Valderrobres es una impresionante fortificación situada en la ribera del río Matarraña, en la comarca del Matarraña, en la provincia de Teruel. Esta imponente obra de arquitectura militar se encuentra estratégicamente situada en lo alto de una gran roca, a unos 520 metros sobre el nivel del mar, desde donde controlaba y defendía el paso del río y de la ruta que unía Valencia con Zaragoza.
La zona de Valderrobres ha sido habitada desde épocas prehistóricas, como lo demuestran los hallazgos arqueológicos encontrados en la región. Entre ellos, destacan las pinturas rupestres del barranco del Calapatá, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1998.
El Castillo de Valderrobres fue construido en el siglo XIII por los templarios, quienes lo utilizaron como punto defensivo en su lucha contra los musulmanes. Posteriormente, en el siglo XIV, pasó a manos de la Orden de Calatrava, que lo reformó y amplió, convirtiéndolo en uno de los castillos más importantes de la zona y en la sede de los maestres de la Orden.
En los siglos XV y XVI, el castillo perdió su función militar y defensiva, y pasó a ser utilizado como residencia de nobles y señores feudales. Con el paso del tiempo, fue perdiendo importancia y acabó en estado de ruina, hasta que en el siglo XX fue restaurado y puesto en valor como monumento histórico y turístico.
El Castillo de Valderrobres es una impresionante obra de arquitectura militar, construida con la técnica de piedra sillar. Su extensa fortificación se divide en tres recintos, separados por dos fosos y conectados entre sí por una gran torre cuadrada de cinco pisos.
En el primer recinto se encuentran los vestigios de la antigua iglesia del castillo, así como varias viviendas y dependencias dedicadas a la actividad agrícola y ganadera. En el segundo recinto se sitúa el patio de armas, flanqueado por torres cilíndricas y cuadradas. Y en el tercer recinto se alza la torre del homenaje, de planta cuadrada y cinco pisos de altura, con una escalera de caracol que permite acceder a la cima del castillo y disfrutar de unas espectaculares vistas panorámicas de la comarca y del río Matarraña.
Hoy en día, el Castillo de Valderrobres es uno de los principales atractivos turísticos de la región, recibiendo cada año a miles de visitantes interesados en conocer su historia y su arquitectura. En su interior se pueden visitar diversas exposiciones y muestras relacionadas con la historia del castillo y de la comarca, así como disfrutar de visitas guiadas y actividades culturales y lúdicas para toda la familia.
El castillo también es el punto de partida de diversas rutas y senderos que recorren el entorno natural de la zona, como la Ruta del Parrizal, que conduce a una espectacular cascada y un cañón fluvial; la Ruta de los Molinos, que permite conocer los antiguos molinos harineros del río Matarraña; o la Ruta de los Castillos, que une diferentes fortificaciones medievales de la comarca.
La comarca del Matarraña es conocida por su rica y variada gastronomía, en la que destacan los productos autóctonos de la tierra, como el aceite de oliva, la miel, los embutidos, los quesos y las frutas y verduras de temporada.
Entre los platos más típicos de la zona se encuentra la trucha del río Matarraña, preparada de diversas formas, como a la navarra, con jamón o a la parrilla; los guisos de carne de cordero y ternera con patatas y setas; la borraja con jamón; o el arroz caldoso con bogavante y alcachofas.
Además, la comarca cuenta con una gran variedad de vinos y cavas de excelente calidad, elaborados en bodegas locales de reconocido prestigio.
En Valderrobres y en las poblaciones cercanas se pueden encontrar numerosos alojamientos rurales y hoteles con encanto, que ofrecen una estancia tranquila y confortable en plena naturaleza.
Entre las opciones más recomendables se encuentran las casas rurales La Torre del Visco, El Corral de la Dolores, Mas de la Serra o Mas del Bot, que combinan la belleza del entorno con el confort y la elegancia de sus instalaciones.
En definitiva, el Castillo de Valderrobres es un imprescindible para todo aquel que visite la comarca del Matarraña, ya sea por su valor histórico y arquitectónico, como por su belleza natural y su rica y variada oferta turística y gastronómica.