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"Protección Civil y la Federación de Montañismo instan a extremar la precaución en excursiones invernales a la montaña"

ZARAGOZA, 13 de diciembre. En un llamado a la conciencia y responsabilidad en las actividades de montaña invernal, Miguel Ángel Clavero, director general de Interior y Emergencias del Gobierno de Aragón, hizo un hincapié en la importancia de una adecuada formación y planificación, así como de contar con un equipamiento apropiado. Esto es fundamental para prevenir que más personas se sumen a las estadísticas de accidentes, que en esta época del año representan el 10% del total de incidentes anuales.

Este dato ha sido calificado de engañoso por Laurentino Ceña, vocal de Seguridad de la Federación Aragonesa de Montañismo. Según ha indicado, los 50 accidentes registrados en 2023, que han resultado en el rescate de 66 personas, presentan un grado de gravedad mayor y suponen un riesgo significativo para los equipos de rescate que acuden en ayuda de los afectados.

La situación se torna crítica a raíz de la primera gran nevada de la temporada, que ha traído consigo espesores importantes de nieve, acumulada en áreas antes desprovistas de ella y acompañada de intensos vientos. Rafael Requena, delegado en Aragón de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), ha señalado que estos factores climáticos están condicionando drásticamente las actividades en la montaña.

Durante la rueda de prensa realizada en la Sala de Crisis del 112 en el Edificio Pignatelli, los expertos hicieron un llamado a la comunidad montañera para que refuercen su preparación. Se enfatizó la necesidad de consultar informes actualizados sobre las condiciones de los senderos y de estar equipados de manera adecuada a la situación que se presente.

Este mensaje va dirigido principalmente a quienes planean realizar actividades en áreas no reguladas, como es el caso de practicar raquetas de nieve o esquí de travesía. También afecta a la escalada con crampones y piolet. Curiosamente, el 70% de los accidentados en ambientes montañeses durante el invierno son deportistas que provienen de Aragón y sus regiones colindantes, como Cataluña, Navarra y País Vasco, y la mayoría presenta un perfil veterano, con un 60% en la franja etaria de 41 a 60 años.

Clavero destacó que la meta del Gobierno de Aragón es garantizar montañas seguras y de calidad para quienes realizan actividades en ellas. En este sentido, se ha dado cuenta de las recientes reuniones del Observatorio de la Montaña Segura, responsables de elaborar distintos trabajos en conjunto con la Federación Aragonesa de Montañismo y la AEMET.

En la visión de difundir una “cultura de la autoprotección”, Ceña recordó la campaña ‘Planifica, Equipa y Actúa’, promovida por Montaña Segura. Subrayó la importancia de la formación y la necesidad de contar con un equipo que se ajuste a las inclemencias del invierno.

“Es crucial contar con equipos específicos para situaciones de supervivencia en avalanchas”, enfatizó Ceña, dejando claro que los equipos de verano no son adecuados para esta época del año.

Con respecto a la afectación de las nevadas en los territorios montañosos, Requena advirtió que cada temporada es única. Este primer paquete de nieve ha caído en raras ocasiones sobre suelos desnudos y se acompaña de rachas de viento que crean una capa de nieve heterogénea. Además, se deben tener en cuenta otros factores como la temperatura y las precipitaciones previstas, que se ven limitadas por la llegada de un anticiclón que aportará estabilidad atmosférica en los días venideros.

Ceña abordó la gestión del riesgo en las actividades de montaña invernal, a través de lo que denominó un “triángulo de aludes”, donde son fundamentales las condiciones de la montaña, el estado específico del terreno y la composición del grupo que realiza la excursión.

Instó a la comunidad a consultar el boletín de peligro de aludes que emite Aemet Aragón, el cual es reconocido a nivel nacional como parte del grupo funcional de la Agencia para la montaña. También se destacó la relevancia de utilizar la cartografía ATES, que clasifica los terrenos montañosos según su riesgo de aludes. Esta cartografía utiliza un código de colores que va desde el verde —debido al bajo riesgo de aludes— hasta el rojo, que indica terrenos de alto riesgo donde se recomienda limitar la exposición grupal ante un posible rescate.

En el contexto de planes de rescate, Ceña recomendó que los grupos que salgan a practicar deportes de montaña en invierno sean más numerosos que aquellos que normalmente excusan en verano, para que puedan reaccionar ante una eventual avalancha, permitiendo así una localización más efectiva de un accidentado.

“Es vital entender que la curva de tiempo de supervivencia de un montañero sepultado por la nieve disminuye rápidamente a partir de los primeros 15 minutos, y después de 45 minutos, las probabilidades de hallarlo con vida caen por debajo del 30%”, alertó.

Para garantizar el éxito en caso de rescate, Ceña consideró imprescindible portar un dispositivo ARVA —localizador de víctimas de avalanchas— en el interior de la ropa y no en la mochila. A esto, añadió la necesidad de llevar una pala, resaltando que aunque parecería simple cavar en la nieve, la realidad es que requiere un gran esfuerzo y preparación, además de una sonda para facilitar la búsqueda.