En Zaragoza, más de mil personas han salido a las calles para exigir la igualdad real entre hombres y mujeres, destacando la importancia de la lucha feminista y rechazando cualquier retroceso en los derechos, como el del aborto. Además, esta protesta ha incluido un fuerte rechazo al "genocidio" del pueblo palestino por parte de Israel, con muchos manifestantes portando banderas o pañuelos palestinos.
La manifestación del 8 de marzo en la capital aragonesa ha sido unitaria, partiendo de dos puntos diferentes, y se ha desarrollado de manera pacífica y festiva al ritmo de las batucadas.
El lema elegido para la ocasión ha sido 'Un paraguas feminista donde quepamos todes. Frente a la tormenta colonial, capitalista y patriarcal'. A pesar de la unitariedad de la marcha, se han leído dos manifiestos diferentes: uno por parte de la Coordinadora de Organizaciones Feministas de Zaragoza, que incluye a varias asociaciones, sindicatos y partidos políticos, y otro al final de la protesta por parte de la organización Paraguas Feminista.
Durante la marcha, se han coreado cánticos y exhibido pancartas con lemas como "ni un paso atrás" o "nosotras parimos, nosotras decidimos", así como demandas específicas como "basta ya de brecha salarial" y referencias a la explotación sexual, como "sin puteros no hay trata" o "no hay libre elección en la prostitución".
Previamente, se llevó a cabo una manifestación estudiantil que partió del Campus de San Francisco de la Universidad de Zaragoza, coincidiendo con una concentración de agricultores que intercambiaron aplausos con los manifestantes.
En su manifiesto, la Coordinadora de Organizaciones Feministas de Zaragoza ha destacado la importancia de seguir luchando contra el feminicidio, la violencia sexual, la discriminación laboral y la amenaza a los derechos conquistados. Han enfatizado la importancia del acceso al aborto seguro y la necesidad de una educación afectivo-sexual en el currículo escolar.
Además, se ha señalado la desigualdad salarial en Aragón, donde las mujeres ganan un 23% menos que los hombres, junto con la discriminación por maternidad y el acoso sexual en el ámbito laboral.
El movimiento feminista ha reiterado su carácter inclusivo y solidario, reconociendo la opresión que enfrentan las mujeres racializadas, migrantes, trans, con discapacidad y de otros colectivos marginados.
En el manifiesto, se ha denunciado la violencia machista, la cosificación y la explotación sexual, exigiendo el fin del comercio de armas y la ruptura de relaciones diplomáticas con estados que violan los Derechos Humanos, como Israel en el caso del "genocidio" del pueblo palestino.
La portavoz de Paraguas Feminista, Esther Moreno, ha destacado la diversidad y la combatividad de su organización, que busca un 8 de marzo plural e inclusivo. Se han sumado demandas como la derogación de la Ley de Extranjería, la situación de las trabajadoras del hogar y la persistente brecha salarial.
Antes de la lectura del manifiesto, se han escuchado intervenciones a favor del indulto a 'los 6 de Zaragoza', de la municipalización del Servicio de Atención a Domicilio, del pueblo saharaui y palestino, y en defensa de la Canal Roya y la ley 'trans', así como en denuncia contra dictaduras como la de Nicaragua.
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