En Zaragoza, el conservador municipal José Fabre y la restauradora de bienes culturales Mercedes Blanco han dado inicio este lunes a la tarea de revisar las 601 piezas expuestas en los cuatro museos de la Ruta de Caesaraugusta. El objetivo es verificar la exactitud de los datos de catalogación y evaluar el estado de conservación de cada una.
Este exhaustivo proceso, que se extenderá en varias semanas, ha comenzado en el Museo del Foro Romano y se extenderá a los otros tres espacios de la ruta: Teatro Romano, Termas y Puerto Fluvial.
Para realizar esta revisión, se ha llevado un laboratorio hasta la sala de exposición para manipular las piezas lo menos posible y devolverlas rápidamente a sus vitrinas. Tras verificar los datos de catalogación, se elaborará un diagnóstico sobre el estado de conservación de cada pieza, para determinar si requieren algún tipo de tratamiento de restauración.
Según Fabre, si se determina que una pieza necesita tratamiento, este se llevará a cabo en laboratorios especializados. Aunque, por lo general, solo una o dos piezas en cada museo requerirán este tipo de intervención.
Algunos tratamientos de restauración son necesarios debido a que intervenciones anteriores han provocado alteraciones que ponen en peligro la integridad de la pieza original, o simplemente no han dado el resultado deseado. También hay casos donde el deterioro de los materiales o la corrosión están detrás de la necesidad de restauración.
Por su parte, Mercedes Blanco ha destacado que se realiza una ficha detallada de cada pieza para identificar posibles daños inesperados y determinar si se necesita restauración urgente. Cada material presenta sus propias características de deterioro, como la aparición de sales en cerámicas o cloruros en metales, aunque en general se encuentran en buen estado al estar protegidas en vitrinas.
Blanco ha enfatizado la importancia de realizar este proceso con extrema precaución, tanto para proteger las piezas con guantes y evitar dejar residuos que puedan dañarlas, como para prevenir accidentes durante la manipulación.
Por último, José Fabre ha señalado que este proceso de revisión se lleva a cabo de forma continua a lo largo del año, siempre manteniendo un monitoreo constante de las condiciones ambientales y de seguridad en las salas municipales. De esta forma, las piezas pueden permanecer en exhibición hasta 24 meses antes de una nueva revisión.
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