24h Aragón.

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La Maleza, en la Sierra de Albarracín, da la bienvenida a una pareja de linces ibéricos.

La Maleza, en la Sierra de Albarracín, da la bienvenida a una pareja de linces ibéricos.

En Aragón, la llegada de Esparto y Fernandina, la única pareja de linces ibéricos en la región, marca un hito en la conservación de esta emblemática especie. Estos felinos han sido trasladados al Parque de Fauna La Maleza, ubicado en el pintoresco municipio de Tramacastilla, en la comarca de la Sierra de Albarracín, donde disfrutarán de un amplio recinto adaptado a sus necesidades.

El propósito detrás de la reubicación de estos linces, que durante años estuvieron al borde de la extinción, es lograr que los visitantes conecten con esta especie y participar en iniciativas educativas que fomenten la conservación y la mejora de la biodiversidad en el entorno.

Procedentes de los programas de cría en cautividad en España, Esparto y Fernandina han llamado la atención por ser parte de un esfuerzo colectivo para preservar al lince ibérico. El macho llega del centro de recuperación El Acebuche en Doñana, mientras que la hembra proviene de La Olivilla en Jaén. Ambos se encuentran en un estado óptimo, pues esta primavera también fueron padres de cachorros.

La integración de estas criaturas en el Parque de Fauna La Maleza se concretó hace dos meses, un proceso que fue posible gracias a la colaboración entre el Departamento de Medio Ambiente y Turismo del Gobierno de Aragón. Durante este tiempo, los linces estuvieron en cuarentena, sin ser exhibidos al público, para facilitar su adaptación al nuevo entorno.

Para asegurar su aclimatación, se habilitaron cubículos especiales donde podían observarse a cierta distancia. A medida que se habituaban, los linces comenzaron a socializar, lo que ha permitido su exhibición actual en el parque. Esta atención cuidadosa es crucial, ya que el lince ibérico es un animal naturalmente solitario y no se mezcla fácilmente con otros.

El lince ibérico se alimenta principalmente de conejos, y su ausencia en Aragón durante las últimas varias décadas subraya la importancia de su reintroducción. Según informó Ricardo Almazán, director del parque, estos animales no se veían en la región desde hace más de 60 años.

La introducción de Esparto y Fernandina no solo ofrece a los visitantes la oportunidad de presenciar de cerca a esta majestuosa especie, sino que también aseguran un hábitat apropiado que garantizará su bienestar y desarrollo.

El Parque de Fauna La Maleza abarca más de 23 hectáreas, un espacio donde se ha priorizado el respeto al entorno natural. En este refugio, se han diseñado recintos amplios que simulan los hábitats naturales de cada especie, permitiendo que los animales se sientan en casa y en armonía con su entorno.

Los visitantes del parque tendrán que ser pacientes, ya que los linces no siempre estarán al descubierto, lo que añade un elemento de emoción y autenticidad al encuentro, similar al de un naturalista observando la fauna salvaje. Todos los ejemplares en el parque han nacido en cautividad y han sido rescatados de situaciones críticas.

La pareja de linces será fundamental en la programación de actividades educativas y de concienciación sobre la recuperación de la especie, destacando su papel esencial en el equilibrio de los ecosistemas y la importancia de preservar la biodiversidad.

A través de estas iniciativas, se espera que la historia de Esparto y Fernandina contribuya a difundir el plan de reintroducción del lince que está elaborando el Gobierno de Aragón, una labor vital para la continuidad de la especie en el territorio.

A pesar de que el lince ibérico fue catalogado como una de las especies más amenazadas del mundo, los esfuerzos de conservación han comenzado a dar frutos en varias comunidades autónomas, como Andalucía y Extremadura. Ahora, se están considerando nuevas reintroducciones en otras regiones como Castilla-León y Cataluña.

El objetivo en Aragón es claro: se busca ampliar la población de linces en áreas que ofrezcan condiciones adecuadas para su supervivencia. Esparto y Fernandina servirán como embajadores de esta misión, informando a los visitantes sobre los beneficios de reintroducir esta especie en la comunidad, y abordando los pocos inconvenientes asociados.

Entre las ventajas que se destacan está el potencial de los linces para ayudar a controlar las poblaciones de conejos que están causando daños significativos a la agricultura local. Además, se hace hincapié en que los depredadores son cruciales para el mantenimiento del equilibrio ecológico.

Por otro lado, los posibles problemas derivados de su reintroducción son mínimos. En el caso de Andalucía, por ejemplo, las indemnizaciones por ataques a ganado ascienden a tan solo 1.200 euros al año, una cifra prácticamente insignificante. Asimismo, se destaca que el lince ibérico es un animal tímido y evita el contacto humano, huyendo en cualquier encuentro.