En la historia de España, el retorno de Fernando VII al trono después de la Guerra de la Independencia es un acontecimiento crucial que marcó el comienzo de la restauración borbónica en el país. En este artículo, exploraremos en detalle este período y analizaremos su impacto en Aragón y en el resto de España.
Para entender el retorno de Fernando VII al trono, es importante tener en cuenta los antecedentes que llevaron a este acontecimiento. Tras la invasión napoleónica de España en 1808, se formó una Junta de Gobierno en nombre de Fernando VII, quien había sido obligado a abdicar en favor de Napoleón. Sin embargo, la lucha popular por la independencia se convertiría en la Guerra de la Independencia, durante la cual las fuerzas españolas resistieron tenazmente la ocupación francesa.
En este contexto, se desarrolló un proceso político en el que surgieron diferentes facciones y se proclamaron diversas constituciones, como la Constitución de Cádiz de 1812. Estos años de convulsión política llevaron a la fragmentación del poder en España y a la creación de un clima de inestabilidad.
Tras la derrota de Napoleón y la caída de José I Bonaparte, los líderes políticos españoles buscaban restaurar el gobierno legítimo y acordaron el retorno de Fernando VII al trono. En 1814, el monarca regresó a España después de su exilio en Francia y se enfrentó a la tarea de reconstruir un país devastado por la guerra y la inestabilidad política.
El retorno de Fernando VII fue recibido con entusiasmo por gran parte de la población española, que veía en él la esperanza de restaurar la estabilidad y el orden en el país. Sin embargo, el monarca pronto demostró sus intenciones autoritarias al derogar la Constitución de 1812 y restaurar el absolutismo en España.
En Aragón, el retorno de Fernando VII generó reacciones mixtas. Si bien una parte de la población apoyaba al monarca como garante de la unidad nacional y la tradición, otra parte se mostraba recelosa ante su inclinación hacia el absolutismo y el desprecio por las libertades conquistadas durante la guerra.
El reinado de Fernando VII estuvo marcado por su política represiva y autoritaria, que buscaba consolidar su poder y sofocar cualquier atisbo de disidencia. Durante esta etapa, se produjeron numerosas persecuciones políticas y se reprimieron los movimientos liberales y constitucionalistas en todo el país.
En Aragón, esta política represiva se tradujo en la persecución de los liberales y en la supresión de cualquier intento de resistencia a las medidas del monarca. La represión fue especialmente dura en ciudades como Zaragoza y Huesca, donde se llevaron a cabo detenciones y juicios sumarios contra los opositores al régimen.
En definitiva, el retorno de Fernando VII al trono tuvo un impacto significativo en Aragón y en el conjunto de España. Si bien para algunos sectores de la sociedad supuso la restauración del orden y la estabilidad, para otros significó la consolidación de un régimen autoritario y represivo. Este período marcó el comienzo de una etapa de restauración borbónica que perduraría hasta el advenimiento de la Primera República en 1873.
Es importante analizar este capítulo de la historia de Aragón para comprender las raíces de la España contemporánea y los procesos políticos que han dado forma al país a lo largo de los siglos.