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El 'Tota Pulchra' vuelve a hacer vibrar la catedral de Huesca con música y fervor popular.

El 'Tota Pulchra' vuelve a hacer vibrar la catedral de Huesca con música y fervor popular.

Este sábado, la catedral de Huesca se convirtió en un refugio de música y devoción, al recibir a una multitud de fieles que se unieron para rendir homenaje a la Inmaculada Concepción de María durante el emotivo evento conocido como Tota Pulchra. La ocasión estuvo marcada por la interpretación de la coral de la capilla de música del templo, junto al coro Ars Musicae y una orquesta compuesta por talentosos músicos locales, bajo la batuta del profesor José Vicente Pardo Bellido, quien también dirige el Conservatorio de Música de Huesca. Entre los solistas brillaron las voces de Marina Lansac y Alejandro Escuer, que elevaron el canto a niveles de gran belleza.

Este significativo oficio en la vigilia de la Inmaculada Concepción fue presidido por el administrador apostólico de la diócesis, monseñor Vicente Jiménez Zamora. En la celebración participaron miembros del claustro de profesores del Instituto Ramón y Cajal, la corporación municipal y el cabildo catedralicio, resaltando el profundo vínculo comunitario que se teje en torno a estas tradiciones religiosas.

La ceremonia comenzó con una procesión hacia la capilla de la Inmaculada en la que se entonó el antiguo himno latino 'Ave, Maris stella', cuyo origen se remonta al siglo IX y que forma parte de la Liturgia de las Horas. Posteriormente, se ejecutó el emblemático 'Tota Pulchra', un poema musical inspirado en el Cantar de los Cantares que fue compuesto por el italiano Giovanni Cesare Aldega, cuya partitura manuscrita se encuentra en el archivo musical de la catedral de Huesca.

Continuando con la riqueza musical del evento, se interpretó el 'Salve Regina' según la versión de Hilarión Eslava, concebida para cuatro voces y orquesta. La celebración se cerró con la entonación del 'Gaudeamus Igitur', himno que resuena con fuerza en el ámbito académico y que conjuga la alegría del saber y la unidad. Este momento culminante destacó el carácter festivo y universitaria de la congregación.

En su homilía, monseñor Jiménez Zamora hizo eco del décimo aniversario de la declaración del Tota Pulchra como Bien de Interés Cultural Inmaterial, subrayando la importancia de María en la historia de la salvación. En sus palabras, destacó que "María, desde el origen de su existencia, es un regalo del Padre y el Espíritu Santo hacia el Hijo, un camino dispuesto por Dios para su llegada". Resaltó que su aceptación, el 'sí' que ofreció al ángel durante la Anunciación, representa una entrega total y amorosa hacia Dios, que perdura a lo largo de los siglos como un testimonio de la misericordia divina.

La celebración del Tota Pulchra durante la vigilia de la Inmaculada Concepción no es un mero rito moderno; se remonta al siglo XV, según se documenta en el manuscrito catedralicio llamado "Consueta Oscensis". Además, existen evidencias históricas del voto que las instituciones de Huesca realizaron en 1450 hacia la Inmaculada, en respuesta a una devastadora epidemia de peste. Este compromiso de veneración hacia la Inmaculada Concepción ha sido renovado a lo largo de los siglos, reflejando la profunda conexión de la ciudad con su fe y sus tradiciones.