En Zaragoza, se ha registrado una disminución del 41,3% en la superficie destinada al cultivo de maíz en la última campaña, alcanzando las 51.091 hectáreas. Esta reducción se debe a las restricciones de riego y las escasas reservas hídricas provocadas por la sequía que azota la región.
De acuerdo con Jesús Abadías, responsable de Desarrollo Rural e Innovación de Cooperativas Agroalimentarias Aragón, las condiciones actuales han generado un cambio significativo en los cultivos de maíz, soja y girasol, reflejando una disminución en la superficie cultivada debido a la escasez de agua.
La provincia de Huesca y Zaragoza han experimentado una disminución notable en la superficie dedicada al maíz, mientras que Teruel muestra la menor variación tanto en términos porcentuales como en la extensión afectada.
Según Luis Gazol, coordinador de la Red Aragonesa de Cultivos Extensivos y Leguminosas (ARAX), la combinación de bajos niveles de agua y la oportunidad de rotación de cultivos como el girasol ha provocado una reducción en la superficie cultivada de maíz, dado que es un cultivo bajo riego.
En cuanto a las variedades de maíz, la proporción entre convencional y transgénico se mantiene equilibrada, con un 51,12% de convencional y un 48,88% de transgénico. Además, las variedades destinadas al consumo humano han ocupado 15.000 hectáreas, 5.000 menos que en el periodo anterior.
Tras seis años de experimentación con la soja en Aragón, se ha observado un descenso en la superficie cultivada este año, aunque con rendimientos por hectárea satisfactorios, según indicó Jesús Abadías. A pesar de la disminución en los últimos dos años, se ha logrado mantener altos niveles de producción gracias a mejoras en el manejo agronómico y la selección de variedades adaptadas.
Un ejemplo exitoso se ha dado en el ensayo de Ejea de los Caballeros, donde se obtuvieron altos rendimientos con variedades como Avril y Es Generator. Estos resultados demuestran la capacidad del cultivo de soja para integrarse de manera eficiente en la rotación de cultivos en las explotaciones agrarias aragonesas.
En el caso del girasol, Aragón ha destinado 23.672 hectáreas al cultivo este año, observando un ligero descenso principalmente en las segundas siembras. El precio del girasol se ha visto afectado por la incertidumbre en el suministro debido al conflicto entre Ucrania y Rusia, lo que ha motivado a los agricultores a aumentar su apuesta por este cultivo que requiere menos agua.
El aumento en la superficie de girasol en primera siembra ha sido notable en 2023, especialmente en Teruel y Zaragoza, llegando a casi duplicar la extensión sembrada en 2019. Esta tendencia responde a la estrategia de cultivos ante el escenario internacional y la menor demanda de agua que requiere el girasol en comparación con otros cultivos de verano.
A pesar de la disminución en la superficie de segundas siembras de girasol debido a la falta de agua de riego, se ha logrado mantener la tendencia alcista de años anteriores, consolidando así la apuesta de los agricultores aragoneses por este cultivo en respuesta a las condiciones cambiantes del mercado agrícola.
Newsletter
Entérate de las últimas noticias cómodamente desde tu mail.