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El Ayuntamiento impulsa la renovación del Monumento a la Exposición Hispano-Francesa de 1908.

El Ayuntamiento impulsa la renovación del Monumento a la Exposición Hispano-Francesa de 1908.

ZARAGOZA, 9 de diciembre.

El Ayuntamiento de Zaragoza ha dado un paso significativo en la restauración del 'Monumento a la Exposición Hispano Francesa de 1908', con la expectativa de concluir los trabajos para la próxima primavera. Este monumento, que es de propiedad municipal, ha sufrido una "severa degradación debido al paso del tiempo", según ha informado el consejero de Urbanismo e Infraestructuras, Víctor Serrano. Este emblemático monumento no solo posee un gran valor patrimonial, histórico y cultural, sino que también rinde homenaje a la paz y a Basilio Paraíso, una de las figuras más relevantes para comprender la historia de la ciudad.

Los primeros análisis revelaron el triste estado de deterioro del monumento, evidenciado por la pérdida de material compositivo, exfoliaciones, microfisuras, disoluciones, y fisuras en elementos amenazando con desprendimientos. También se detectaron problemas como el ataque biótico, la presencia de grafitis, oxidación de metales, acumulación de suciedad en la superficie y fracturas en planchas de metal, así como deposiciones de aves y restos férricos.

Ante esta alarmante situación, el principal objetivo ahora es la "recuperación, estabilización y protección de los elementos" del conjunto escultórico, que se encuentra en el Parque José Antonio Labordeta, concretamente en la Avenida de los Bearneses.

José Ramón García Ureña, responsable del proyecto de la empresa Antique, destacó "el mal estado de algunos elementos" al momento de instalar el andamiaje y acceder a los detalles del monumento, así como la pérdida de materiales y actos de vandalismo en ciertas áreas.

En la actualidad, el equipo de profesionales se distribuye en dos grupos: uno enfocado en los materiales pétreos y otro en los metálicos, trabajando en las siete alturas del andamiaje. El presupuesto asignado para esta importante intervención asciende a 100.000 euros.

El consejero Víctor Serrano reafirmó el compromiso firme de la administración local con el patrimonio histórico-artístico de la ciudad, mencionando otras intervenciones recientes como la restauración del mural en la Puerta del Duque de la Victoria, la rehabilitación del monumento al Justiciazgo en la plaza de Aragón, o la conservación del artesonado del Palacio de Montemuzo, entre otros.

Este proyecto de rehabilitación se enmarca en un estudio más amplio sobre el estado de conservación de varios monumentos de Zaragoza, dentro de un Plan de Sostenibilidad Turística en Destinos, como expuso la consejera de Cultura, Educación y Turismo, Sara Fernández.

El Ayuntamiento de Zaragoza tomó la iniciativa tras detectar la "preocupante y delicada situación" del 'Monumento a la Exposición Hispano Francesa de 1908', coordinando esfuerzos entre los departamentos de Urbanismo y Cultura para redactar un anteproyecto y llevar a cabo un análisis exhaustivo de su estado.

Para llevar a cabo la intervención, se han realizado estudios minuciosos sobre los materiales, la estructura y el entorno, así como análisis químicos de los metales y recubrimientos, lo que ha permitido conocer mejor las condiciones del monumento. Se han llevado a cabo ensayos de tensión superficial, limpieza a diferentes alturas, identificación de carbonatos y análisis de porosidad.

Los trabajos se enfocan actualmente en la limpieza y protección de los elementos pétreos y metálicos: eliminación de materiales no originales, fijación de partes con resina y varillas de fibra de vidrio, tratamiento contra grafitis y ataque biótico, sellado de fisuras, y consolidación de zonas de piedra arenizada, entre otras acciones.

El 'Monumento a la Exposición Hispano-Francesa de 1908' fue inaugurado en 1910 en el Paseo de Pamplona, cerca de lo que entonces era el camino de los Cubos, actualmente la Calle Doctor Cerrada, y la Plaza de Basilio Paraíso, justo frente al Paraninfo y a la Capitanía General. Originalmente, se proyectó ubicarlo en la Plaza de Santa Engracia, como parte del acceso a los terrenos donde se levantaron los pabellones efímeros de la muestra en 1908.

Este conjunto escultórico fue encargado como reconocimiento al éxito de la cita internacional y al organizador de la muestra, Basilio Paraíso. La obra fue realizada por los hermanos Miguel y Luciano Oslé, quienes destacaron en las Exposiciones Nacionales de 1906 y 1908. Inspirados en un monumento francés, crearon una composición alegórica que celebra la paz.

Estéticamente, el monumento incorpora una representación alegórica de Zaragoza a través de un león de bronce, flanqueado por dos niños ángeles de mármol que simbolizan el comercio y las artes. En lo alto del pedestal, cuelgan cuatro guirnaldas de bronce y en la base se pueden observar escenas relacionadas con la agricultura y las artes.

El diseño arquitectónico del pedestal fue obra de Ricardo Magdalena Gallifa, con un zócalo escalonado y un pedestal prismático que alberga la escultura de Basilio Paraíso.

En el frontal, se presenta el busto en bronce del mismo Basilio Paraíso, sentado en un sillón de piedra, una adición que se realizó años después de su fallecimiento, ya que él había rechazado homenajes en vida. Sorprendentemente, el monumento fue inaugurado el 16 de enero de 1910 sin la presencia de Paraíso, quien alegó compromisos previos.

Inicialmente ubicado en la plaza que lleva su nombre, el monumento fue desmontado en 1947 debido a necesidades urbanísticas y posteriormente trasladado en 1951 a su sitio actual en el Parque Grande de José Antonio Labordeta, al final de la Avenida de los Bearneses.